viernes, 12 de marzo de 2010
Con Casa y a lo loco
El título lo refleja claramente he cambiado de casa, bueno he adquirido una y quizás no sea este el mejor medio para comunicarlo pero como el proyecto desde hace casi un año para mi ha sido conjunto creía conveniente que estuviera aqui reflejado. Han convergido varias circunstancias empezaré desde el principio. Con el cumpleaños de la Chorla y la nueva visión de sentimientos. Hace un mes empecé un proyecto de video que intentaba integrar a todos los amigos y familiares cercanos que quisieran contarme algo de la niña más preciosa que conozco. El primer contacto fue con la señorita de la perra pija. Tras una ajetreada conversación en la que otra compareciente narraba tal cual como conseguía excitarse golpeando con contundencia en lo que viene siendo su entrepierna, me acerque a la de la perra pija y le pedí su colaboración. A partir de ese momento esquivos constantes que al parecer no sirvieron de mucho. Una decepción nueva tras el descubrimiento de los actos debidamente organizados. La Chorla descubrió todo el pastel y mira que esta vez no existía motivo para que la galesa pudiera chivarse. Tras el primer acercamiento con la familia vetada. Logré adentrarme en una fiesta privada con alguno de los familiares de la protagonista. Alli entre candelas, cantes, relojes muñequeras, llantos a la velá del fuego y una suculenta degustación de zanahoria con chocolate contacté con un proyecto de policía que aceptó tras una par de miradas de desconfianza, la grabación de su dedicatoria. Dos días despues se realizó, un joven diseñador del mismo barrio y de dialéctiva indefinida se atrevió también con el proyecto. Las niñas tardaron más en aceptar. Maquillaje, peluquería, pedicura y manicura, estilismo por supuesto fueron los elementos necesarios conjuntamente con la escenografía y ambientación e iluminación para que ellas, las divinas hicieran su aportación. Tres cuartos de hora despues salía de esa casa, con más de media cinta grabada sólamente de ellas. A la otra López la intercepté ese mismo día en un concesionario de coches de gama alta, como no. El padre de su chico segurmente se compraría aquel lujoso coche que se divisa a las espaldas de la que en ese momento grababa su felicitación. La siempre ocupada, otra de las felicitadoras, también quisó agradecerle su amistad, y se convirtió también en una odisea poder cazarla. Mientras ella llamaba para desquedar con la que felicitaría después, yo hablaba con la que se tenía que felicitar para despistar. Al final hubo dedicatoria, sus estudios se han resentido desde entoces debido a su extremada implicación con su, al parecer, doctorado, en psicología. A los flamencos de la rumba no hubo que convencerles mucho, se prestaban a cualquier cosa, el de la melenita quería hacer un streeptease pero me parecía descortés para la protagonista. Al macarrilla de la banda también me costó atraparlo pero un asalto en la plaza del duque hizo que su dedicatoria marcara otra nueva puerta a las dedicaciones, creo que desde entonces no ha pasado más por esa plaza ante el temor de un posible ataque de los voluntarios de las ongds. El Gantés también se hizo el remolón pero quisó colaborar desde el principio, sus idas y venidas, su recorrido por el país de la constitución europea hizo que retrasara su colaboración pero ahi estuvo. La enfermera del cullons y adeu recopiló las fotos que más tarde me entregaría la otra de sangre afín. Y todo este berenjenal para que al final el lugar del evento no estuviera del todo aceptable. No pude coordinar más la operación debido a lo que el título de esta entrada refleja, la dichosa casa! y no con sentido pellorativo sino que dichosa en sí por lo que ha costado conseguir. La firma apenas hace unos días y el apoyo constante al 100 por 100. Tengo la ayuda inestimable de aquella por la cual este blog fue creado y aunque a veces no pueda escribir todo lo que siento, intento agradarla en otros formatos. Esta entrada es para agradecerle todo el apoyo que me da día a día, a pesar de mis calentamientos de cabeza y mis jerogríficos con los electrodomésticos. Se lo merece todo, no sólo la fiesta, o los vídeos que le hago. Se merece muchísimo más, y no es que yo valga mucho pero me tiene entero para ella y para siempre. He aqui este testimonio para darle las gracias por estar conmigo cada instante ayudándome en lo que puede, por dejar sus clases con la devoción a santa universidad que prodiga y por quererme como me quiere. No hay duda. Yo lo tengo claro desde hace muchísimo tiempo pero siempre conviene decirlo y prodigarlo. Ahora se acerca otra época relmente apasionante, la de compartir un espacio común con smeg rojo cereza, ahora que apenas queda menos de un mes para el aniversario te sigo diciendo que esto es entre los dos y que te quiero.
lunes, 15 de febrero de 2010
Zanahorias con chocolate
Desde octubre no se cubría un evento de tal magnitud. Desde aquel mes no se escribía en estas sugerentes páginas, algo imperdonable, por supuesto. A falta de una entrada partida por la mitad y que narra un día cualquiera en una sala de estudios, disculpenme por no escribir. Zanahorías con chocolate no es el título de ninguna novela y nada tiene que ver con Chocolat de Juliette Binoche, en la película Vianne Rocher (Juliette Binoche) se traslada con su pequeña hija a un pueblo de la Francia rural. Allí abre una tienda en la que vende deliciosos chocolates. Sin embargo, los habitantes del pueblo la reciben con escepticismo. Por su parte, el alcalde también es reticente respecto a este tipo de tienda, al que la gente del pueblo no está acostumbrada. Pero Vianne es una mujer con un encanto especial, y poco a poco se va ganando la simpatía y amistad de los vecinos e incluso del alcalde. Aquí Juliette Binoche la podríamos llamar Toto y en vez de ser femenina sería masculino y en vez de chocolates lo podríamos cambiar por pasteles. Todo empieza en la noche de antes de ayer con idas y venidas de improperios a las tantas de la mañana. Los regalos estaban dados, unos caretos gigantescos que reían recubiertos de motas de arena dorada sobre unos rostros que reflejaban la diversión como religión y el divertimento como insignia. A las manos un par de bebidas refrescantes y bajo ellos. "Mojito Love. Feliz San Valentín". Sobre corcho que me criticó cuando yo veía belleza inconmensurable. Para variar, o seguir en la misma línea de sucesos que se narran en este blog, cada uno tras dormir un rato separados volvió el reencuentro y todo gracias a ese que tantos quebraderos de cabeza me ha dado durante nueve meses. Un embarazo de infortúnios tecnológicos que han dejado mi vehículo al borde del suicidio. Ahi estaba en la frontera con marruecos pirata, el último aliento de la seguirdad de mi coche a partir de ahora sólo gritaba al aire ¡por favor ni una vez más de frenos! Había muerto uno pero como siempre les digo, quedan dos más, el problema es que no son ni mucho menos igual de seguros. En fin, que la paradoja de aquel que de vez en cuando, más de vez que en cuando no volvía a unir tras un desbarajuste, estaría agradecído por no haberlo manchado mucho en nuestra entrega de cuerpos en su interior. Ahí ibamos de nuevo a 10 por hora rememorando aquella primera vez en que la mala suerte empezaba a cebarse sobre el Ypsilon cuando sin batería a la orilla de la playa quedó absorto de que dos amantes despertaran en su interior viendo el amanecer en la costa de la luz. A todo esto y no se me olvida, nos esperaba un pinball unas veces anulado otras veces acelerado. Bueno pues seguíamos estando en las puertas del taller ilusionados porque todavía podríamos dispararnos bolas de pintura.Tras el rastreo de varias horas de un vehículo siniestrado por todo el conocidísimo barrio de los Remedios cambiamos el pinball por medios bocadillos´s MAnolo, un apretón de estómago que más tarde se materializaría y un bolso y esterilla con ecosistema. Asi emprendimos rumbo a donde sólo se puede ir en febrero, Cádiz. Afortunamdamente, el Ypsilon volvió a la vida como el Fenix y la suerte volvió a retar a la mala suerte Chorlis. El sol estaba, tras unos días de intenso lavabdo por la lluvia, de un amarillos reluciente, sonreía a la tacita de plata y nos guiaba hasta un día perfecto. Jamón, caña de lomo, queso, salmorejo y solomillo de ternera total 36 euros, valor de la compañia, incalculable. Un parpadeo y frente a un espejo había un payaso con toda la nariz roja y un gorro de chef y una Emy Casa de Vino con pocos años de edad, más tarde se combertiría en super Z pero eso es otra historia. El solomillo se sustituiría por el Cheese y una oferta de a un euro por liar lo que te transporta a otra realidad. Entre tanguillos, coplas y cuplés Cádiz estaba abrumadora, con 0 grados pero abrumadora. Barcelo naranja, un redbull, otro Barceló Naranja, otro redbull, disculpa otro Barceló naranja, si perdona otro Barcelo y otro barceló.... y podríamos haber estado asi de nos ser porque teníamos compromisos sociales por la noche. Unos toros que envestían a las vacas que pastaban por la catedral, familiares de mi clan de artístas vagando por las calles de la caleta, el de las pompas de barcelona que de forma increible estaba también en Cádiz y unos cantícos a la cerveza que adentraban un poquito más a mi amor en el maravilloso mundo de los carnavales. La naturaleza cumplió su objetivo y con unos vecinos farloperos evacué todo lo que viene siendo los peritajes de Manolo´s bocadillos.
Echada sobre mi como me gustar verla cuando duerme emprendimos la vuelta a Sevilla y tras dos copitas con nuestros compromisos sociales encumbramos el día, la reconciliación y San Valentín como se tenía que hacer con el amor y su azaroso retozo vigías de la noche, el mismo retozo azaroso matutino que hace rejuvenecer a cada segundo. Una invitación en el baño marcada las visicitudes del resto de la jornada. Una vaporeto, un bollo caliente y dos berlinas de chocolate, una despedida que versaba en hasta luego y tres horas infatigables de frota y frota al vehiculo que nos devolvío el amor. Se lo merecía. La tarde se planteaba un tanto aventurera no embano se íban a hacer las presentaciones pertinentes y yo pedir la bendición familiar para con ella. Pero tras un viaje fallido y unos pasteles como acompañantes del viaje, aquella por la que tantas letras juntas en este blog han bailado para ella, se cagó literalmente y perdonen la expresión. Media vuelta y dos kilos de pasteles que se antojaban de menos peso, a Bormujos, y en Bormujos media vuelta otra vez y dos kilos de pasteles que se antojaban de menos peso, hasta una zona bombardeada por el paso del tiempo de maquinaria agrícola de la zona. Los familiares a media presencia pero todo un logro conociendo a quien conozco. Cantes, choped, salami y un poquito de hígado en salsa que me recordaba que mi estomago seguía perjudicado por Manolo´s bocadillos. Nerviosa, inquieta y un poco avergonzada noté a la mujer más bella que he podido besar en mi vida. Una sensación de intranqulidad que la hace realmente maravillosa y una tierna ingenuidad que en ese momento atestiguaba aún más que la quiero de forma indescriptible. Esta mañana nos hemos vuelto a despertar juntos, dandonos calor, respirando cerca de mi, y no he acabado en el tiempo que la obserbaba de perfilar tanta lindeza. Camino a su casa, se ha echado en mi regazo, es un momento insólito y tan simple que enamora sólo de pensarlo. No creo que puedan sentir lo mismo porque cada pareja tiene sus pequeñas costumbre y eso forma parte sólo de dos y para siempre. Yo por ejemplo, como zanahorias con chocolate.
Echada sobre mi como me gustar verla cuando duerme emprendimos la vuelta a Sevilla y tras dos copitas con nuestros compromisos sociales encumbramos el día, la reconciliación y San Valentín como se tenía que hacer con el amor y su azaroso retozo vigías de la noche, el mismo retozo azaroso matutino que hace rejuvenecer a cada segundo. Una invitación en el baño marcada las visicitudes del resto de la jornada. Una vaporeto, un bollo caliente y dos berlinas de chocolate, una despedida que versaba en hasta luego y tres horas infatigables de frota y frota al vehiculo que nos devolvío el amor. Se lo merecía. La tarde se planteaba un tanto aventurera no embano se íban a hacer las presentaciones pertinentes y yo pedir la bendición familiar para con ella. Pero tras un viaje fallido y unos pasteles como acompañantes del viaje, aquella por la que tantas letras juntas en este blog han bailado para ella, se cagó literalmente y perdonen la expresión. Media vuelta y dos kilos de pasteles que se antojaban de menos peso, a Bormujos, y en Bormujos media vuelta otra vez y dos kilos de pasteles que se antojaban de menos peso, hasta una zona bombardeada por el paso del tiempo de maquinaria agrícola de la zona. Los familiares a media presencia pero todo un logro conociendo a quien conozco. Cantes, choped, salami y un poquito de hígado en salsa que me recordaba que mi estomago seguía perjudicado por Manolo´s bocadillos. Nerviosa, inquieta y un poco avergonzada noté a la mujer más bella que he podido besar en mi vida. Una sensación de intranqulidad que la hace realmente maravillosa y una tierna ingenuidad que en ese momento atestiguaba aún más que la quiero de forma indescriptible. Esta mañana nos hemos vuelto a despertar juntos, dandonos calor, respirando cerca de mi, y no he acabado en el tiempo que la obserbaba de perfilar tanta lindeza. Camino a su casa, se ha echado en mi regazo, es un momento insólito y tan simple que enamora sólo de pensarlo. No creo que puedan sentir lo mismo porque cada pareja tiene sus pequeñas costumbre y eso forma parte sólo de dos y para siempre. Yo por ejemplo, como zanahorias con chocolate.
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