2. f. Sucesión de peripecias, por lo general desagradables, que le ocurren a alguien.
Esto es lo que dice la RAE. Cualquiera de las dos acepciones podría venir al pelo para el evento. Recuerdo, San Gregorio, un pastor que con sus ovejas andaba por un olivar y le atizó una piedra en toda la cabeza y cuando se dio cuenta tenía grabada la insignia de Jesús, el Salvador. Seguro que el golpe no tuvo nada que ver. Entiéndase odisea siempre desde el lado positivo y el afecto. 18:00, primera parada. Ni una hora de viaje, la cual ya ha dado para un "ráscame la espalda" y un "dame la manita que te la estoy dando" por la intencionalidad de cada diálogo espero que sepan de a que género pertenece cada expresión; y ya hicimos la primera parada. Por un momento CEPSA se convierte en esa imagen idílica de anuncio de telenovela. Ella queriéndose tomar una cocacola en barra y él incurriendo en lo absurdo del momento. Llegándo incluso a plantearse el retorno al vehículo para buscar una barra de bar. La niña se ha criado entre hombres seguro. Nuevamente en el coche descubrí que el casette no ha muerto todavía, tuve que parpadear dos veces hasta que me di cuenta que un par de cintas sin rotular eran lo que teníamos para pasar tres horas de viaje. Se acuerdan de Laura Pausini, digo en su adolescencia musical, ella nos acompaño durante un buen rato hasta que con un bolígrafo de tamaño consolativo logró arrancarle la cinta a la radio como si ansiara tenerla dentro. Todavía Marco no se ha marchado de mis oídos. La otra cinta contenía uno de los mejores veranos de mi vida. La mayonesa, el venao, las hijas del sol, aquello que sonaba en el caribe mix 3, retumbaba en mi selecto oído mutado en jalapeño sonoro.
He querido posponer un momento del viaje porque se merecía especial atención. Tras el avance emocional en la surtidora hubo un momento helado excepcional. Sin saber como el órgano que deja disfrutar de la musicalidad de la señorita Pausinni, "el verano ya llegó" y "cachete con cachete", se llenó de helado de fresa y chocolate blanco. Cual abeja deseosa de dulce néctar se abalanzó sobre el mencionado cartílago y con lametazo al canto dejó suave cada ondulación cartilagicosa. Suena "mueve la colita, mamita, mueve la colita" y una cocacola zero se derrama. Sólo ha pasado 1 hora y 15 minutos de la odisea, que grande!!! que diría alguien cuasi bella y que no le gusta enmarcar situaciones de dos.
Prácticamente este rato sería extrapolable a todo. El resto del finde estuvo marcado por Gambruinus, ahora estilizado, whisky desaparecido, manualidades con los botellines de cerveza, intercambio de camisetas, monólogos feladores, postres inacabables, desesperaciones en la conducción y un jacuzzi intercambiado por medio metro de gresite azul agua. Un puñado de horas que ahora son plasmadas en parte aquí, y que sólo son descriptibles cuando al cerrar los ojos se configura el fondo para windows.